Mark Twain dijo una vez: “Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”
Viajar no sólo significa pasar unos días de maravilloso placer visual en paisajes nunca antes visitados, o conocer nuevas culturas y sorprenderse de prejuicios y paradigmas, o la oportunidad de tomarse bonitos selfies en lugares icónicos. Viajar es inspiración pero también es salud.
Y es que no se necesitan muchos estudios científicos para certificar lo ventajoso y nutritivo que resulta esta clase de experiencias no sólo para nuestros recuerdos, sino también para nuestro cuerpo y mente.
En un mundo cada vez más acelerado y estresante, poder escapar de las presiones cotidianas representa una alternativa casi tan necesaria como ir al médico regularmente.
Preparativos previos antes de viajar
Tomada la decisión, se deben realizar una serie de preparativos para garantizar un viaje con las mejores condiciones posibles:
Comunicación
En caso de viajar fuera del país, se recomienda contar con un plan de telefonía móvil e internet con conectividad roaming, porque no se debe depender sólo de la Wi-Fi del aeropuerto u hotel.
También las baterías de los móviles deben estar siempre cargadas, sobre todo si se sale de excursión fuera de la ciudad, en caso de una eventualidad o emergencia.
Itinerario y planeación de viaje
Por muy tentador que pueda ser, nunca es bueno improvisar (tanto) durante un viaje, especialmente si es en otro país, especialmente si es fuera de una ciudad principal.
Contar con un itinerario o un plan medianamente razonable, con sitios previamente escogidos y horarios estimados, garantiza disfrutar de forma equilibrada de las vacaciones.
Contar con una guía
Bien sea una app o un mapa, tener nociones básicas de las locaciones que se visitan se hace de primera importancia. En caso de aventurar en lugares naturales fuera de la ciudad, se recomienda contar con la asesoría de un guía local.
Beneficios de viajar
Reduce el estrés
Tal vez el principal beneficio, o al menos el más notorio en corto plazo. Viajar libera de las tensiones diarias, sobre todo si se entra en contacto directo con paisajes naturales.
La importancia de esto recae en que el estrés continuado puede producir complicaciones fisiológicas, cardíacas y neurológicas.
Viajar mantiene al corazón sano
Recorrer nuevas ciudades o caminar y explorar paisajes naturales puede significar un promedio de 10.000 pasos en un día, también podría representar un promedio de unos 6 kilómetros de ejercicio.
Según un estudio de la Universidad Estatal de Nueva York, se hicieron observaciones durante más de 10 años a 12.000 personas que tenían un alto riesgo de desarrollar enfermedades coronarias, el resultado fue que los que no tomaron vacaciones y/o viajaron tuvieron un 32% más posibilidades de desarrollar estas complicaciones.
La razón es muy sencilla: los niveles de estrés afectan directamente la actividad cardíaca.
Potenciador de creatividad
Cambiar de ambiente por unos pocos días, desconectarse de la realidad habitual produce un resultado muy notable en los niveles de creatividad.
Esto se debe a la flexibilidad cognitiva, que es la cualidad de la mente para procesar ideas mediante pausas. Esto funciona como una especie de trabajo de segundo plano en el que el inconsciente optimiza el proceso creativo mientras el consciente está en otro tema.
Son muchos artistas que han producido grandes obras después de haber viajado de vacaciones.
Ayuda a mejorar aptitudes sociales
Para muchas personas, viajar significa un reto social.
Y es que precisamente llegar a otra ciudad, a otro país, preguntar indicaciones, escuchar anécdotas e historias de los locales, son experiencias que refuerzan las aptitudes sociales.
Significa salir de la zona de confort y tomar la aventura de conocer nuevas culturas, nuevas idiosincrasias, nuevas realidades.
después de haber viajado, la persona regresa a casa con nuevas perspectivas y puntos de vista.
Estabilidad emocional
Viajar produce una mejora significativa en los niveles de estabilidad emocional y desarrollo personal.
Según un estudio de la universidad alemana de Friedrich-Schiller, observaron y compararon a más de 4000 estudiantes que viajaron y estudiaron en el extranjero.
A diferencia de los que no viajaron, se mostraron abiertos a compartir nuevas experiencias y más estables emocionalmente en sus relaciones interpersonales.
La planificación de un viaje produce sensación de felicidad
Así es. El pensar, visualizar y planificar un viaje, repasando cada detalle produce una inmensa segregación de serotoninas y dopaminas, que son las hormonas que producen la sensación de felicidad.
Esto ocurre por la expectativa del viaje, al acercarse la fecha, más ansiedad positiva suele sentir la persona.
Mantiene a la mente en buen estado
Las situaciones sociales, hablar un nuevo idioma, aprender de sitios históricos y disfrutar de la naturaleza suponen una actividad cerebral importante.
No sólo promueve el desarrollo de la actividad sináptica, lo que hace que se piense más rápido, sino que también provoca una protección al cerebro contra enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
Sin duda alguna, es una de las actividades más preciadas del mundo.
Porque es mejor coleccionar buenas experiencias y recuerdos que coleccionar objetos.
Así que… ¡buen viaje!