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Español · 9 horas
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Fue el río Escalda (Scheldt en neerlandés) quien dio vida a Amberes. Según cuenta la leyenda, el centurión romano Silvio Brabo cortó la mano al gigante Druoon Antigoon, quien hacía pagar un peaje a aquellos que querían cruzar este río a la altura de la actual ciudad.
Sea cierta o no la leyenda, Amberes creció próspera gracias al Escalda y sigue siéndolo. Es el mayor puerto del país y uno de los más importantes de Europa, aunque desde un mapa parezca que no tiene conexión al mar.
Quizás sea la modernidad de Amberes la que hace ver a la ciudad tan distinta al resto de las ciudades de Bélgica. Tiene tanta cultura y vida nocturna como Gante, posiblemente más y es más pequeña que Bruselas, pero parece mucho más moderna que estas dos.
El puerto de Amberes se alarga durante kilómetros por el estuario del río y por las decenas de canales artificiales creados junto a él. A través de este estuario se forjaron las riquezas de los nobles de Amberes. Estos se encargaban de que la lana que venía de Inglaterra fuese transformada en tapicería antes de volver a su lugar de origen.
Nuestro recorrido por esta bonita ciudad comienza en la impresionante estación central de tren de Amberes, una de las estaciones de trenes más bellas de Europa. Además, es el monumento ferroviario más relevante de Bélgica, desde aquí nos dirigiremos a pie hasta el distrito del diamante considerada la piedra preciosa más famosa de la ciudad.
Nuestro tour continúa por el antiguo Palacio Real conocido como el Palacio del Meir” y descubriremos en que se ha convertido esta residencia. Atravesando la calle Wapper, girando una esquina en la mitad de la calle comercial Mair, llegaremos a la casa museo de Rubens.
Esta es la vivienda donde el famoso pintor de la escuela flamenca realizó gran parte de su obra y habitó durante veinticinco años. El pórtico de la entrada, el estudio, la sala de arte y el jardín son los sitios imperdibles de uno de los lugares más visitados de Amberes.
Para continuar nos sumergiremos en la Edad Media paseando junto al Castillo de Steen, el cual fue el primer edificio construido en piedra y es el más antiguo de la ciudad. Luego pasaremos por la Plaza del mercado o Grote Markt, una de las más pintorescas al norte de Bélgica, por su característica arquitectura flamenca. Ahí se encuentra el edificio del Ayuntamiento de estética renacentista.
Tras admirar la fachada barroca de la Iglesia de San Carlos Borromeo, llegaremos a la catedral gótica de Nuestra Señora, una de las joyas de la ciudad. Destaca como una de las construcciones más importantes de estilo gótico, tiene la particularidad de poseer siete naves y una imponente torre de 123 metros de altura. Esto la convierte en la más alta de los Países Bajos. Cabe destacar que además de ser un lugar de culto, es un museo con importantes colecciones y en su interior podemos apreciar obras de Rubens.